miércoles, 26 de enero de 2011

Palacio De Bellas Artes


¿CÓMO SE COSNTRUYÓ?
Boari emprende la construcción en 1901 demoliendo los edificios del lugar.
Boari recorrió Europa y fue a Chicago durante1901 y 1902, a fin de comparar los teatros existentes en aquellos lugares y buscando ideas y conceptos arquitectónicos para elaborar el proyecto.
Regresa a México impactado por el Art Nouveau, estilo decorativo en que predomina la línea curva fluida, ondulatoria, orgánica, asimétrica y de fuerza rítmica.
Para 1904, entrega los primeros 18 planos del nuevo Teatro Nacional.
En el mismo año se comienzan las excavaciones de 2.4 metros bajo el nivel de la calle y 3.5 metros para lo que seria el lugar del escenario.



¿QUIEN LO MANDO CONSTRUIR?
El palacio de bellas artes lo mando construir Porfirio Díaz con motivo del centenario de la independencia de México.
¿CUANTO TIEMPO DURO LA CONSTRUCCION?
La construcción duro 30 años
¿CUANDO LO EMPEZARON A CONSTRUIR?
Se empezó a construir el 2 de Abril de 1904
ESTRUCTURA
Adamo Boari diseñó un edificio que incorporaba los avances tecnológicos de los mejores teatros de la época. 
El edificio se caracterizaba por organizar las salas en torno a un gran hall, rematado por una triple cúpula situada entre el vestíbulo y la sala de espectáculos, lo cual realzaba la majestuosidad del lugar, dado que era lo normal en edificios de este tipo solo una cúpula sencilla.
Adamo Boari lo proyecta con Art Nouveau, muy en boga a principios de siglo, esto en el exterior del edificio. Mexicanizar el Art Nouveau era un propósito en cuanto al aspecto escultórico en el exterior del edificio, como ya se ha mencionado introduciendo elementos meramente nacionales como flores de girasol, serpientes, águilas, cabezas de chivos, coyotes, monos, etc. de acuerdo con éste, los elementos decorativos fueron diseñados con una delirante línea ondulada inspirada en motivos naturales.

No obstante, también quiso imprimirle un toque nacionalista, de modo que muchos ornamentos están inspirados en la flora y fauna mexicanas, así como en motivos de origen prehispánico. Sin embargo, el diseño general mantiene rasgos clásicos entre los que destacan los pegasos alados hechos en bronce, traídos desde España para rematar el cubo de la sala principal; ahí se colocaron en 1912, pero ese mismo año fueron llevados a la Plaza de la Constitución donde permanecieron hasta 1928, cuando Federico Mariscal decidió colocarlos en la plaza frontal del palacio.
En sus fachadas se integraron cuatro grupos escultóricos realizados por André Allar y Paul Gasq, pensados originalmente para el Palacio Legislativo.
Se utilizaron diversos tipos se materiales tanto nacionales como extranjeros. Para las fachadas y otros elementos se utilizó mármol de Carrara Italia, además del mexicano que se trajo de varias partes de la republica como Yuxtepec, Morelos, Buena vista, Guerrero, Las Vigas, Veracruz, entre otros.
Para el revestimiento de fachadas se utilizó mármol de grueso espesor.
La ornamentación de las fachadas por el artista Leonardo Bistolfi en 1908. Relieves de las fachadas laterales por el escultor Adamo Boari; claves, mascarones, guirnaldas y flores por el escultor G. Fiorenzo.
En los conjuntos escultóricos participaron diversos artistas, con las siguientes aportaciones:
 En lo relacionado a la herrería, los modelos de rejas y ventanas fueron concebidos por Boari. La puerta principal, de hierro tiene decorados de bronce.
Los decorados del hall fueron realizados en su mayoría por La casa Edgar Brandt de Paris.
En la primera etapa, las demás puertas fueron trabajadas por el Italiano Alessandro Mazzucotelli. Al adaptar el diseño a las necesidades del ahora Palacio de Bellas Artes, y ya no Teatro Nacional, el mexicano Luís Romero reprodujo las puertas al grado de no poder diferenciarse entre la original y una réplica.
Al reanudar los trabajos de construcción en 1932, un nuevo estilo artístico dominaba: el Art Deco. Influido por expresiones pictóricas modernas, este estilo se caracterizó por la geometrización de las formas y por las líneas rectas.
Uno de sus mejores ejemplos es el trabajo de Mariscal en el interior, donde también aparecen detalles de inspiración prehispánica. Todos los elementos, incluyendo los estructurales, constituyen sobrios motivos decorativos, con una fuerte tendencia a la verticalidad.
La gran cúpula que cierra el vestíbulo es un armazón de metal recubierto con nervaduras de cobre, laminillas de ónix translúcido y cerámica. 
Los muros, pisos y columnas se revistieron con mármoles mexicanos en varios colores, combinados con ornamentos trabajados en diversos metales por la casa Edgar Brandt de París, como los mascarones de Chac, el dios maya de la lluvia.
La escalinata arranca con dos luminarias en forma de fuentes, hechas en acero y cristal esmerilado; entre sus dos rampas, las puertas que dan acceso al vestíbulo de la sala muestran mascarones de Tláloc, el dios teotihuacano de la lluvia, y un rostro de bronce que evoca la representación griega de la tragedia.
La decoración interior de la sala de espectáculos está compuesta por plafón de cristal en la cúpula interior de la sala de espectáculos por D. Maroti. En la misma el sorprendente telón está formado por una cortina de estructura metálica que sostiene un enorme mosaico de vidrio opalescente.
Más de un millón de cristales de dos centímetros cuadrados dan forma a una panorámica del Valle de México, inspirada en una obra de Gerardo Murillo.
La cortina rígida del escenario con un peso de 22 ton y 15.30 m de ancho por 14 m de altura, concebida por Garnier, constructor de la ópera de Paris, pero el motivo de la decoración del telón lo encontró en el paisaje mexicano, precisamente las cumbres nevadas del valle de México: El popocatépetl y el Iztazihuatl.
Ejecutado por la casa Tiffany de Nueva York, el mosaico fue colocado cuando Boari aún dirigía la obra. Lo rodea un arco decorado con mosaicos titulado El teatro a través de las edades y realizado por el húngaro Geza Marotti. De él es también el vitral circular que corona la sala, donde se representa a Apolo y las nueve musas. La maquinaria del escenario por el ingeniero por el ingeniero A. Rosemberg de Alemania. Vinieron de Alemania tanto el equipo como el personal responsable de su instalación. Participaron compañías y artistas extranjeros en el vitral, telón, esculturas, etc. La orquesta se ubica a nivel inferior de la luneta. Cuenta un escenario de 24 m. de longitud, con instalaciones mecánicas completas. En el tercer y cuarto pisos se ubican varias salas de exposiciones e importantes obras del muralismo mexicano; destacan entre los autores: Rivera, Orozco, Siqueiros y Tamayo. Este largo esfuerzo de construcción y decoración en interiores y exteriores hace evidente una armónica mezcla de estilos, conocida como estilo ecléctico,.que definitivamente es el estilo del Palacio de Bellas Artes. Con elementos de Art Deco y de Art Nouveau y de otros más, pero al final ecléctico definitivamente. El edificio cuenta con un estacionamiento con capacidad para 470 automóviles, que recientemente fue remodelado, al igual que muchos elementos escultóricos y de la misma estructura han sido remodelados y se les ha dado servicio de mantenimiento, limpieza a partir de su inauguración. Se han llevado acabo diversos trabajos de mantenimiento a fin de conservar su majestuosidad y grandeza que en todo sentido representa para México.

¿QUE INFLUYO PARA QUE LA CONSTRUCCIÓN TARDARÀ LO QUE TARDÓ?
Problemas técnicos de hundimiento del suelo, problemas económicos, la salida de Adamo Boari (Arquitecto Italiano) del país y la Revolución Mexicana, la construcción fue suspendida y reanudada varias veces durante 30 años, en vez de terminarse en los 4 años originalmente programados.
El hundimiento del suelo comenzó a hacerse manifiesto en 1907, y es un problema que aun hoy se puede apreciar, pues el Palacio se encuentra varios metros por debajo del nivel de la calle.
Con  el estallido de La Revolución Mexicana en 1910, el ritmo de la obra fue perdiendo velocidad hasta que finalmente se suspendió en 1916 y Boari abandono México  dejando en el país más de 4 mil documentos para la continuación del proyecto. La obra se intento retomar en 1919 y 1928 con pocos avances.
Cuando México  recupero la estabilidad en términos económicos  y sociales, la obra fue retomada en 1931 bajo el mando  del arquitecto Federico Mariscal portando ya el nombre de Palacio de Bellas Artes, y fue inaugurado oficialmente el 29 de Septiembre  de 1934 por el presidente Abelardo  L. Rodríguez con la obra teatral “La verdad sospechosa” de Juan Ruiz de Alarcón.



Boari presentó el diseño al gobierno mexicano, que aceptó y sugirió cambios, exagerando la grandiosidad del proyecto. El presupuesto estimado era de $ 4,190,844,00 y al construcción duraría unos 4 años. En la obra, se pretendía aplicar técnicas utilizadas para la construcción de los rascacielos de Chicago y Nueva York, pero el suelo de México obligó a diseñar un sistema de cimentación especial. Boari consideró las exigencias visuales y acústicas del inmueble. La sala tendría una forma de embudo y agregó a su proyecto innovaciones que revolucionaban el complicado ambiente de la tramoya, por ejemplo instalaciones mecánicas con movimiento hidráulico y eléctrico. El auditorio sería para 1791 personas. Boari presentaba como su idea un edificio revestido por sus cuatro lados de mármol, de 96 metros de frente y 116 de largo, ocupando una superficie de dos hectáreas, incluidas las rampas y escaleras. En su proyecto el arquitecto prevé una estructura de acero para muros y techos y una plataforma de acero y concreto para la cimentación. Algunos detalles particulares de la obra son: dobles entrada laterales para el servicio de los carruajes, un gran jardín, una cúpula sobre éste, el nivel de la orquesta móvil, la boca escena sin cortinajes y sin arlequín con iluminación periférica y con caja acústica en la bóveda, telón en forma de cortina, movimiento eléctrico e hidráulico para la maquinaria escénica, un gran ascensor para elevar los carruajes del nivel de la calle al nivel del escenario, luz solar directa todo el edificio y artificial completamente oculta. En la primera etapa de construcción se cimentó, con cálculos del Arq. Especialista W. H. Birkmire, de Nueva York. La ejecución, por la constructora Firma Milliken Brothers, de Chicago, en 1903 y la estructura metálica para los cementos con Cálculos de W. H. Birkmire y ejecución por la misma constructora.



Las estructuras estaban compuestas por acero, concreto y mármol, 210 columnas distribuidas, muros de concreto y cubiertos de mármol. Una obra considerada en su época la más grande del mundo con sus dimensiones y características. Sin embargo, todos los cálculos en la cimentación resultaron un fracaso sin precedentes. La plataforma de concreto comenzó a hundirse, no solo privando al proyecto de la escaleras ascendentes, si no que sufrió también importantes rupturas. Fue necesario no solo readaptar el proyecto si no comenzar inmediatamente a inyectar mezcla de cemento, cal y grava el varios puntos del terreno. El hundimiento aproximadamente fue de metro y medio. En 1910 se inyectó en el lado oriente de la plataforma cemento y cal. Esta operación concluyó en agosto de 1911 y en total se inyectaron 951 toneladas de cemento, para 1912 se repitió la operación en el mismo sector de la plataforma., además se agregó cal y arcilla. Se cree que los que calcularon no consideraron la gruesa capa de fango sobre la que construirían. Por ello se atrasó la obra tres años. Boari consideraba que el país debía emplear y expresar sus propias formas arquitectónicas, lo cual explica que en las fachadas predominen elementos de las culturas prehispánicas como cabezas de jaguares, monos, coyotes, serpientes. Sin embargo, enfatizando el estilo europeizado. Boari no quiso convocar concursos públicos para seleccionar a los mejores artistas europeos, quería repartir el trabajo según la índole de su especialidad. En 1906, el arquitecto fue a EU y Europa para visitar a algunos artistas para que sus obras fueran en todo sentido excepcionales. Por algunos de los factores que afectaron la construcción de la obra, al estallar la Revolución, el edificio se encontraba inconcluso y Boari tiene la preocupación de relatar su propia obra. A partir de 1912 el ritmo de la obra disminuye hasta el 1916 ser suspendida totalmente.

Ante la imposibilidad de concluir el teatro, quiso dejar un testimonio al menos escrito de lo que él concebía en su obra magna. Su publicación dispone de 34 láminas donde se observan los planos y los aspectos decorativos de los ornamentos. Así que Boari continua mandando desde Italia planos, fotografías y actualizaciones del proyecto, integrados en una carpeta titulada La Construzione di un Teatro en donde explicaba la importancia arquitectónica de éste nuevo Teatro en México. Hizo todo lo posible hasta su muerte porque la calidad de su obra no se viera disminuida y estaba convencido de que el Teatro Nacional de México había representado un gran esfuerzo y su más importante obra. Ante los obstáculos que se presentaban para reanudar y terminar el proyecto, dado que, entre otras cosas, no podía regresar a México, Boari le dio el sobrenombre de "elefante blanco" a su obra. El arquitecto italiano murió en 1928 sin haber visto la obra concluida.
El edificio inconcluso fue visto durante muchos años como una obra abandonada a pesar de que en su sala de espectáculos con butacas improvisadas se realizaron un sinnúmero de actividades importantes para la vida de la ciudad.



En dos ocasiones se intentó reanudar los trabajos para concluir la obra. La primera bajo la dirección del arquitecto Antonio Muñoz, en el periodo presidencial de Venustiano Carranza. Se dispuso el apresuramiento de los trabajos a fin de poder utilizar el edificio en 1921, cuando sería el centenario de la consumación de la Independencia. La segunda etapa se desarrolló a partir de 1928, con la creación de comité encargado de recaudar fondos para la conclusión de la obra. En los años 20 se dio un gran avance al aspecto exterior del teatro. En mayo de 1930 el presidente Pascual Ortiz Rubio emite un acuerdo para que se concluya el teatro nacional, tomando en cuenta dos aspectos. Primero, que la conclusión de la obra fuera lo más económico posible, y el segundo, que se respetaran, dentro de lo posible, los planes originales de Boari. En ese momento el secretario de hacienda, Ing. Alberto J. Pani interviene de la siguiente forma: "...si la obra no responde a una necesidad social, puede quedar definitivamente abandonada. No se trata ahora de concluirla por concluirla, sino de examinar hasta que punto se impone el sacrificio económico que demanda su conclusión." Por ello, se convierte en Palacio de Bellas Artes, sede de una institución con finalidad social y pública que fomentara y difundiera el arte, favoreciendo a la sociedad en general. Por ello se tiene que adaptar el edificio a las necesidades de la institución propuesta y se designa al arquitecto mexicano Federico Mariscal como jefe y director encargado de las modificaciones pertinentes. Por motivos presupuestales no se puede concluir la obra, hasta que en 1932 mediante un nuevo acuerdo presidencial se intenta concluir la obra. Mariscal rediseñó el interior del teatro a las reglas del nuevo Art Deco. Entre las modificaciones están que el salón de fiestas se convertiría en museo de artes plásticas. El palco presidencial se redujo y se creó un foyer, que hoy es la sala internacional de exposiciones; se instaló una sala de conferencias, museo de artes populares en instalación de diversas galerías para exhibir distintas obras artísticas nacionales. Se abrieron nuevas dotaciones de espacios públicos, se reestructuró la Sala de Espectáculos, ampliando los pisos de las lunetas y de los anfiteatros para aumentar el cupo, con lo cual se dispone al final de las modificaciones con 2035 asientos. Los principales elementos de esta segunda etapa son: La Plaza y la colocación de los Pegasos en el estacionamiento, el vestíbulo, el hall, la Sala de Espectáculos, el Museo del libro y biblioteca; El museo de Artes Populares; el Restaurante, cuyo responsable fue el Arq. Federico Mariscal. Los murales, a cargo de Diego Rivera y José Clemente Orozco. Todo esto de 1932 a 1934.

Entonces, aquel edificio concebido en los primeros años del siglo como Teatro Nacional terminaría 30 años más tarde como un Palacio Nacional de Bellas Artes, por representar un centro destinado a la exposición y representación de obras de interés público y no solo de la burguesía. Fue inaugurado el 29 de Septiembre de 1934, por el entonces presidente Abelardo Rodríguez. Desde 1946 es sede del INBA, que en esta fecha es fundado.

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